El descenso de vehículos sin motor es una carrera donde la pericia de los participantes queda patente durante toda la competición con maniobras arriesgadas a gran velocidad, empujados por la inercia bajan a velocidades de vértigo por carreteras con trazados sinuosos, ajustándose al recorrido para alcanzar la mayor aceleración posible.
La expectación durante todo el trayecto lleva a los espectadores a situarse en lugares conflictivos para ver desde lo más cerca posible a los participantes, malabaristas de la velocidad que hacen piruetas sobre el asfalto con las que emocionan al público, espectáculo donde todos disfrutan sin los grandes riesgos que conllevan los vehículos a motor.
Ambiente donde se juntan aficionados y familiares de los corredores para animar la carrera en un entorno intergeneracional convierte el evento en un acto lúdico, encuadrado en las Fiestas de San Mateo, ideal para disfrutar de un día divertido rodeado de personas con ganas de disfrutar.
