La Casa Real manda mensajes de unidad y da discursos en un intento de unir a la sociedad, divida sin patrón nadie quiere hundirse con un buque que hace aguas y navega a la deriva, todos quieren salvarse del naufragio inminente con el abandono de la nave antes de que sea demasiado tarde pero sólo pueden hacerlo unos pocos al no haber botes salvavidas para todos.
Son los que no pueden huir los que reman por el estado que los usará mientras le sean de ayuda y puedan contribuir al reflote del país, exprimiéndoles hasta la extenuación en aras de su beneficio, insensibles al sufrimiento son guiados al desastre por incompetentes que no saben gobernar al país a buen puerto.
Incapaces de oír otras opiniones y dialogar para alcanzar acuerdos con otros partidos políticos buscan soluciones en el extranjero, error que conllevará sucumbir a merced de Alemania y Francia, perdiendo la legitimidad del autogobierno con imposiciones que recortaran derechos sociales y tendrán que sufragar las futuras generaciones.