Su imperfección perfecta maravilla al ser humano por eso lo tiene la necesidad de poseerlo y arrancarlo de su entorno para tener un trozo de ese mundo natural al cual ya no pertenece, aunque sigue añorando porque no puede renunciar a la fuerza inseparable del instinto animal que rige su naturaleza, separado por la tecnología todavía sigue ligado a pesar de no querer reconocerlo a los instintos primarios.
Instintos primarios rigen muchos de sus actos que intenta subordinar a la voluntad, en ocasiones lo consigue en otras fracasa estrepitosamente, no se pueden negar las necesidades animales que se intentan reprimir con el fin de ser civilizados.