La muerte es un ciclo de la vida difícil de entender sobre todo para un niño que vive con especial intensidad la perdida, vacío que deja en las personas del entorno que añoran su presencia, acongojadas esperan de algún modo que vuelvan aunque en el fondo saben que eso no va ocurrir.
Asumir la perdida consiste en seguir adelante con la vida a pesar de los momentos duros y aceptar las nuevas circunstancias, situación difícil de admitir sobre todo en el periodo infantil de la vida al ser la muerte un concepto abstracto, dulcificado por los cuentos.
Con el fallecimiento del ser querido se sigue viviendo con intensidad el presente pero empieza adquirir relevancia el pasado hasta el momento algo lejano, se convierte en parte del transcurrir cotidiano que ayuda a procesar la tragedia mientras mira con optimismo la vida, empieza a pensar en el futuro que desarrolla a partir de la actualidad que le toca vivir.