La industrialización de los alimentos facilita el acceso a productos muy elaborados que disponen de forma artificial de componentes y propiedades que proporcionan exceso de grasas, adictivas producen que la persona coma compulsivamente, sin que en la etiqueta del producto advierta de las consecuencias del consumo.
Fomentado por la industria alimentaría los productos elaborados son más asequibles que las materias primas frescas, las cuales necesitan un proceso de preparación, innecesario o menor en los artículos industrializados.
Los desajustes alimentarios se deben a factores sociales y a desordenes alimenticios que influyen en los hábitos, propiciando la obesidad en personas que llevan un modo de vida sedentario, convirtiéndose en la pandemia del siglo XXI junto al hambre. Extremos opuestos de un problema global que llevan al desorden alimentario.
