Los buenos lectores son aquellos que empiezan a leer un libro y a pesar de no gustarles lo terminan, por otra parte están aquellos que empiezan pero como no les enganche desde la primera palabra lo dejan a medias, variedad de gustos y opiniones que otorgan a la literatura diversidad de formas de congeniar con la palabra escrita.
Con la presentación en las librerías de capítulos sueltos se intenta enganchar al lector para que después adquiera el libro, método que pone la miel en los labios dándole a probar la golosina literaria para que después la anhele, adelantándole al lector la trama para que no compre a ciegas sin saber si el argumento es su marca de autor.
Los libros al igual que los caramelos existen de mucha diversidad adecuándose a todo tipo de personas y gustos, obras personales que siguen unos estándares para que lleguen al máximo de publico posible, produciendo obras que sean rentables a pesar que en ocasiones se sacrifique la calidad por el marketing.