Los errores se siguen cometiendo porque estamos obcecados en mantener la misma forma de proceder para conseguir los objetivos, anclados en el pensamiento arcaico, incapaces de reaccionar ante los retos. Perdidos en la forma se carece de perspectiva para superar los inconvenientes creados con el fin de mejorar.
Es momento de replantear nuevas estrategias que cambien el modo de afrontar los problemas y las preferencias sociales, relegando a segundo plano el económico, ayudará a que las personas sean más cívicas.
Permitirá evitar los trapicheos que tanto daño hacen a la economía y será más fácil escuchar las demandas sociales sin la presión financiera de los círculos de poder, cúpula que impide adoptar decisiones correctas en agradecimiento a los apoyos durante las elecciones, favores que tienen que cumplir para que los partidos políticos sigan teniendo en los próximos comicios respaldo económico.