El aumento de pisos en construcción y de la venta de viviendas de segunda mano esta creciendo al amparo de las comunidades autónomas, las cuales están propiciando que los constructores vendan los inmuebles libres como viviendas de protección oficial, facilitando al consumidor ayudas que incentiven el dinamismo en el sector. No dejando que se estabilicen los precios.
Los precios se encuentran sobrevalorados entorno al cuarenta por ciento por encima del valor real, eso quiere decir que el coste de venta es superior al de tasación, debiendo a los bancos más dinero del que cuesta la propiedad. Si fuera embargado el piso se seguiría debiendo dinero a la entidad y si el precio baja, no se dispondría de la cantidad necesaria para amortizar la deuda.
En plena crisis económica aunque claramente fue inmobiliaria, la especulación lejos de disiparse se estabiliza, abalada por los diferentes gobiernos a través de las comunidades autónomas. Los cuales no aprenden de los errores pasados e hipotecan a los ciudadanos a treinta años, sin opción de amortizar la deuda hipotecaría a causa del elevado paro, ahogados por el diferencial que los bancos suman al euribor cada vez que suben los tipos de interés.