La desgarradora noticia del tren descarrilado en Santiago de Compostela es un varapalo para el país que se encuentra conmocionado por lo sucedido, hechos incompresibles producen la tragedia en un verano sangriento, marcado por la desgracia.
Confusión y desesperación son producto de la perplejidad al vivir un suceso irreal difícilmente asimilable, producido por causas de momento desconocidas consterna la opinión pública que vive expectante de los partes informativos, mientras las familias sufren.
A falta de datos la reacción del público con el maquinista tiene que ser prudente y comedida, no sacando conclusiones precipitadas que puedan ocasionar reacciones no deseadas, espera necesaria para aclarar los hechos por la autoridad competente que determine las causas que produjeron el siniestro.
Confusión y desesperación son producto de la perplejidad al vivir un suceso irreal difícilmente asimilable, producido por causas de momento desconocidas consterna la opinión pública que vive expectante de los partes informativos, mientras las familias sufren.
A falta de datos la reacción del público con el maquinista tiene que ser prudente y comedida, no sacando conclusiones precipitadas que puedan ocasionar reacciones no deseadas, espera necesaria para aclarar los hechos por la autoridad competente que determine las causas que produjeron el siniestro.