Actuar llevados por la irá empujados por el calor del momento, nos conduce a cometer actos en contra de la razón y a buscar soluciones erróneas, dejando expuestas nuestras debilidades que son aprovechadas para seguir arremetiendo contra la vulneración de los derechos.
Tenemos que intentar no sucumbir a la tiranía de la multitud, la cual nos arrastra como una marea hacia el descontrol, anulando la capacidad de pensamiento del individuo, convirtiéndose en una animal descontrolado y peligroso.
La multitud ha sido en todas las épocas de la historia arrastrada por los gestos más que por las ideas. La muchedumbre no razona jamás. Gregrorio Marañon (1887-1960). Médico español.
En una época donde el ejercicio de la razón se hace por medio del laberinto burocrático, el ciudadano debe ejercer el derecho a la reclamación por los cauces administrativos oportunos, los cuales se utilizan para obligar a desistir en el desempeño de la demanda. Por eso es deber de todos eliminar las barreras oficinescas, impuestas para impedir alcanzar la igualdad que supuestamente queda reflejada en la Constitución, que en verdad sólo es teoría adecuadamente escrita.