Los idiomas son el nexo de las gentes entre el territorio y las costumbres, utilizados como identidad cultural. Su empleo dentro de un territorio sirve como elemento integrador y fuera de él como factor de exclusión, no de un modo generalizado pero sí con asiduidad.
Es frecuente que en cualquier país del mundo un ciudadano extranjero sea sometido a una evaluación de nivel a la hora de incorporarse al mercado laboral, en el cual se valoré su conocimiento del idioma y de las normas de convivencia. Con el fin de integrar al nuevo ciudadano con todos los deberes y derechos en el país anfitrión, sin que exista ninguna distinción entre sus habitantes.
La convivencia entre gentes de diferentes procedencias geográficas y culturales ayuda al crecimiento de un país, si entre sus habitantes existe una conexión, el idioma.