Las relaciones amorosas son positivas y contribuyen a la estabilización personal de la pareja, la cual se une en las dificultades solventando conjuntamente cualquier eventualidad.
Los logros personales revierten en beneficio conjunto y ayudan a que las ilusiones individuales se unan convirtiéndose en motor impulsor de la vida diaria, ayudando a soportar la rutina que torna el amor en costumbre.
Costumbres que hacen difícil la convivencia y el respeto mutuo, culpando a nuestra pareja de nuestras propias frustraciones, excusándonos por carecer del valor necesario para llevar a cabo sueños o aspiraciones idealizados.
El impulsor del amor es alentar los sueños de nuestro compañer@ sin renunciar a los nuestros propios, entendiendo que por encima de nuestros egoísmos esta la entrega reciproca, en un acto de sacrificio.