La capitalidad Europea de la cultura tiene como objetivo convertirse en un fenómeno cultural y social, donde las ciudades candidatas intercambien información, fomentando un foro de opinión entorno al evento. En el que se resalte la riqueza, la diversidad y los rasgos comunes de las culturas europeas, promoviendo un mayor conocimiento mutuo entre los ciudadanos europeos.
Las ciudades propuestas tienen la obligación de cumplir con ecuanimidad los valores Europeos, los cuales se promueven por medio de la candidatura, acercando a los ciudadanos la cultura de forma que sea accesible y no promueva el capitalismo camuflado en los valores culturales.
Valores esenciales para crear cultura sin que se fomente la picaresca y el engaño en los servicios, muy común a la hora de disfrutar del patrimonio de la humanidad en las ciudades galardonadas.