Los objetivos del milenio son una serie de propuestas fijadas, por ciento noventa y dos países miembros a las Naciones Unidas, con la intención de erradicar la pobreza extrema y mejorar la vida de millones de personas. Unas directrices que fomenten el compromiso de los países pertenecientes, con la obligación de aplicarlas y conseguirlas, para el año 2015.
Las propuestas acordadas en los objetivos del milenio son una utopía, carente de lógica y un despropósito que el mundo no quiere erradicar, acallando las conciencias con insignificantes acciones que muestran la falta de voluntad de los gobiernos por solucionar un problema global.
El “problema” se solucionaría cumpliendo un solo objetivo y unificando criterios, que establezcan un protocolo que se realice, donde existan unas fechas de ejecución para cada una de las medidas. Proponiendo nuevas acciones una vez cumplidas.
Medidas centradas en la realidad y no en la dispersión de varios objetivos, los cuales sirven para su incumplimiento, conformando la opinión pública.