La natalidad desciende estrepitosamente acrecentando los problemas en un país demográficamente inestable, donde el paro y la falta de ciudadanía activa, hacen temer por la insostenibilidad de las pensiones.
La ley del aborto agudiza el problema de la natalidad y ánima a la sociedad a disminuir o carecer de descendencia, agravando el problema de la sostenibilidad laboral y abogando por un modelo social que envejece la población, debilitando el pilar que sustenta la economía
Con la falta de confianza de los ciudadanos en el sistema productivo y la incertidumbre de un futuro incierto propiciado por una política ineficaz, acrecientan la inestabilidad de un país diezmado por la baja natalidad, que sufre las consecuencias del paro.
Consecuencias que se pueden invertir propiciando el trabajo y la natalidad, con políticas que protejan el sistema productivo del país, alimentando la sociedad de medidas necesarias que cambien las tendencias desfavorables que nos hallamos.