La Sexta: Aquella frase manida que se utilizaba para ligar de ¿estudias o trabajas?, ha caído en desuso para muchos de los jóvenes de las sociedades industrializadas, porque muchos de ellos ni estudian, ni trabajan; es más, no tienen ninguna intención de hacerlo, por lo menos de momento; son lo que los sociólogos ya están empezando a denominar, "La Generación ni- ni". El 15% de los jóvenes españoles entre 16 y 24 años ni-estudia, ni-trabaja, y este porcentaje se encuentra en proceso de crecimiento. Por ello las propuesta del programa Generación ni-ni es que pasen alrededor de dos meses en una casa especialmente diseñada para un grupo de estos jóvenes (en torno a ocho), viviendo un proceso de acompañamiento y monitorización terapéutica con un equipo de educadores en la que valores, principios básicos, herramientas y habilidades sociales, puedan arraigar en ellos y descubrir posibilidades de establecer proyectos que les ilusionen y les motiven en su vida futura. Serán, por tanto, alrededor de dos meses para vivir un proceso de reeducación terapéutica, lejos de las circunstancias que han hecho que su proceso de socialización no sea el óptimo para que se puedan desenvolver de una manera normal. En la casa de Generación ni-ni los jóvenes tendrán normas, responsabilidades, tareas, etc., y, lo más importante, tendrán que ganarse el pan con el sudor de su frente; es decir, tendrán que trabajar. Todo ello para producir un cambio en ellos que les haga tomar de una manera consciente y responsable las riendas de su inmediato futuro.
La juventud actual es una parte activa de la sociedad, comprometida con su época y con las nuevas tecnologías, creando contenidos y dinamizando la sociedad con aportes inteligentes e iniciativas creativas.
Muchos de nuestros jóvenes no tienen salida laboral ni formativa, los cursos a los que muchos pueden acceder son de bajo presupuesto y la formación mediocre, centrada en las personas que tienen alguna posibilidad de sacarlo y abandonando a los que tienen dificultades.
Con este panorama las oportunidades laborales son escasas o nulas y el acceso a la formación es desesperante, porque muchos de esos jóvenes que intentan sacar una formación no disponen de los hábitos de estudio necesarios y de las herramientas que necesitan para salir adelante. A este problema añadimos el pasotismo del gobierno, y del personal docente que se siente desbordado por falta de cualificación y herramientas, frente a un colectivo que tiene unas edades muy difíciles.