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viernes, 30 de mayo de 2014

Un mundo paralelo a la propia realidad


Al mirar el cielo da sensación de que es plano que carece de volumen pero si se mira con atención, sobre todo en las zonas donde se funde el horizonte, se aprecia como adquiere tridimensionalidad.

Por el contrario al mirar al horizonte se puede ver claramente la curvatura de la tierra y apreciar que no es plano, aunque en muchas situaciones de esa sensación, tendiendo a simplificar lo que vemos.

Ni el cielo que nos cobija ni el horizonte nos rodea son rectos, conclusión obvia a simple vista pero que no lo es tanto, permite apreciar las cosas y mirar con atención aquellos detalles que cansados de ver pasan desapercibidos. 

Cualidades innatas en las cosas que se escapan al no prestarles la debida atención dan una nueva perspectiva, proporciona ilusión para descubrir nuevas cualidades, abriéndose ante nosotros otro mundo paralelo a la propia realidad.