Los tampones vaginales resultan sumamente prácticos para paliar las molestias propias de la menstruación; pero deben ser utilizados con las debidas precauciones, ya que de lo contrario pueden provocar trastornos importantes.
Aunque, usados debidamente por una mujer sana los tampones no suelen presentar grandes riesgos, cuando se emplean incorrectamente pueden provocar diversos trastornos.
Los tampones superabsorbentes pueden producir irritaciones y adherirse a la pared vaginal, provocando heridas al ser retirados.
Los tampones, al absorber las secreciones vaginales y modificar el PH (grado acidez) de la cavidad vaginal, pueden desencadenar infecciones, que en algunos casos pueden llegar a ser graves e incluso provocar un choque (shock) tóxico (fiebre, diarrea, vómitos, etc.).
Cuando se usan tampones, es necesario tener en cuenta la siguientes indicaciones:
Hay que tener la certeza de que no se padece ninguna infección.
Deben cambiarse con cierta frecuencia.
No conviene usarlos por la noche, pues permanecerían colocados dentro de la vagina durante demasiadas horas. Para dormir se emplearán siempre compresas externas.
