No hay más que decir que la justicia es una ilusión creada para condenar a las personas por infracciones legales al margen de la ética y la moral, motivados por la interpretación injusta de las leyes, creadas para preservar la condición social de los que viven por encima del ordenamiento jurídico.
Ilusión que intenta contentar a las personas que sufren la arbitrariedad del estado de derecho mientras son manipuladas para que acaten los caprichos de un sistema injusto, desproporción que afectan las decisiones de los mimos que en la actualidad se manifiestan en contra de las tasas judiciales, movidos por el interés particular del colectivo que empieza a sufrir la parcialidad de sus actos.
Quebrado sistema que afecta por igual a todas las instituciones pero en especial al sistema de justicia, carente de mecanismos para limpiar la corruptela institucional que va desde la Casa Real hasta la última Institución, debacle que da como resultado un país al borde del colapso.