Las gestiones económicas en páginas de confianza no dan ningún problema porque tienen bastantes mecanismos para hacer con fiabilidad la transacción, guiado durante todo el proceso muestran los pasos y clarifican los contenidos, adaptándose por norma general a todo tipo de cliente.
Las complicaciones vienen cuando tienes un inconveniente y hay que tramitar la reclamación, bien a través del correo electrónico o por medio de una llamada telefónica a una línea de atención al cliente, trabas que convierten la gestión en todo un calvario.
Comienzo con el correo electrónico, es muy apropiado que mandes una y otra vez el correo electrónico y este siempre llegue vacío, inconveniente que la empresa no puede solucionar al ser un problema del usuario que sólo pasa en las reclamaciones, frustrado decides pasar a la segunda opción llamar por teléfono. Después de media hora al teléfono intentando entenderte con una locución por fin coge la llamada una persona extranjera que no habla correctamente el idioma, armado de paciencia describes el inconveniente pero no logras entenderte con el interlocutor, desesperado sin pelo en la cabeza de tanto tirar de él te quedas sin solucionar el problema. La única opción es ir a la oficina del consumidor...