El ministro de fomento y no de economía anuncia una subida de impuestos, afirmando que los españoles pagan menos que los demás europeos, escudándose en la necesidad de crear más infraestructuras.
La subida del IVA ha encarecido todos los productos y ha proporcionado el debilitamiento de las economías más débiles, un problema añadido al desempleo y a la supresión de ayudas a consecuencia de la crisis.
Con la subida del IRPF se empobrece más el precario estado económico de las clases medias que sobreviven haciendo equilibrios para llegar a fin de mes, presionadas por las hipotecas y la subida generalizada de todos los productos.
El afán recaudatorio del gobierno retrae el consumo, estimula la economía sumergida y frena la recuperación de un país inmerso en una depresión, el cual tendrá que cambiar su política si quiere emerger.