Cualquier proyecto que se realice tiene al inicio una resistencia en su ejecución que dificulta llevarlo a término, es como romper la tensión superficial del agua cuando se cae desde mucha altura, aunque cuando se superan los obstáculos todo se hace más llevadero.
En ocasiones no se consigue lo que se pretende pero como se ha hecho todo lo posible la sensación final es gratificante, reconforta saber que el esfuerzo invertido valió la pena porque el trabajo fue bueno, aunque no cumpliera con las expectativas fijadas el camino para conseguirlo forma a la persona.
Cada vez que se camina a cada paso que se da se conoce gente nueva que son parte esencial de la vida, personas que creen en el propósito y aportan sentido a lo que se hace, pone de manifiesto que todos estamos conectados en momentos determinados de la singladura con algún fin; saber cual es el propósito marcará la diferencia a la hora de conseguir lo pretendido a pesar de no salir siempre beneficiado.