La realidad es mucho más irrealista que la ficción aunque pensemos a bote pronto que no es así por lo inverosímil de los acontecimientos, hechos que son aceptados desde la incredulidad por la capacidad de asimilación del ser humano, forman parte de lo cotidiano aunque sean inusuales.
Conductas extrañas y argumentos incoherentes son cada vez más frecuentes en una sociedad excéntrica que cambia de conducta para salirse de la norma, aburrida del comportamiento generalizado son victimas de sus propios hábitos, incapaces de cambiar atrapados por la costumbre cometen actuaciones incompresibles impropias de individuos civilizados.
Convirtiendo lo excepcional en común y lo raro en cotidiano sin percatarse, convencidos que lo que vemos a diario a nuestro alrededor es normal, anomalía que destaca a la vista cuando salimos del entorno por un tiempo y después volvemos para darnos cuenta que vivimos en un mundo extraño.