Las reivindicaciones sociales son el impulsor del cambio en una sociedad donde los derechos no es algo inherente en el estado de democrático, sino que es la suma de acciones individuales las que promueven evolución en las conductas, haciendo posible crear las condiciones propicias que promuevan nuevas formas de pensamiento.
Las manifestaciones públicas en la calle son cada vez menos frecuentes en las sociedades desarrolladas al ser la población más individualista, propiciando que las acciones de cambio se produzcan a través de los diferentes soportes de comunicación, fácilmente manipulables.
Acomodada en el estado del bienestar el aburguesamiento del que disfrutan las clases medias les hace débiles, al vivir por encima de sus posibilidades se encuentran a merced del capitalismo, esto propicia la subsistencia de las clases altas que se nutren de las desigualdades sociales.