La disposición de los artículos en la tienda, los olores y la vistosidad del producto son algunos de los trucos utilizados por las superficies para vender sus productos, necesarios para atrapar en una telaraña sugestiva a los compradores, los cuales son cautivados por los artículos anunciados en los diferentes medios de comunicación.
Vender es un arte que emplea la psicología como herramienta para hacer atrayente un género el cual no se necesita, empleando los mecanismos y a la gente para que de salida a un producto, aunque este no cumpla las expectativas del cliente. Rozando la ilegalidad sin traspasarla.
Una vez vendido el producto todas las atenciones se desvanecen y se entra en una espiral burocrática que se tiene que sortear para devolver o arreglar un producto defectuoso, intentando que el cliente desista en su empeño, cubiertos por una serie de cláusulas que hace muy costoso poder reclamar.