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miércoles, 30 de marzo de 2011

Sociedad domesticada

corrupcionLa incompetencia política desacredita a las instituciones y arremete contra los derechos consolidados en la democracia, lapidando el futuro con especulaciones sin fundamentos y aseveraciones que abren el debate sobre el modelo social de la sanidad y la enseñanza, valores universales que sustentan los pilares básicos. Y que garantizan el bienestar social. 

Los mecanismos democráticos no protegen los derechos generales de los económicos ni a los dirigentes del poder, sino que favorecen la privanza y promueven la corrupción, creando situaciones comprometidas para el estado que después se manifiestan a través de la presión fiscal y los recortes sociales. 

Se ha llegado al clímax en la tolerancia hacia un modelo obsoleto que alimenta la deshonestidad institucionalizada, promueve la picaresca y defiende la ineptitud para gobernar, aunque no para desfalcar. Promoviendo el desencanto juvenil y la resignación social, los cuales domesticados esperan un cambio que no se produce.