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sábado, 22 de agosto de 2015

Lina Morgan pertenecía una generación que rompió el molde

Pensar en Lina Morgan es recordar imágenes y escenas entrañables que provocan una sonrisa cada vez que regresan a la memoria, momentos felices llenan de alegría una vida un poco más gris sin  el humor genuino de la actriz, capaz de transformar un mal día en una gran carcajada que iluminaba los malos momentos.

Escribir más es convertirse en repetitivo por eso el mejor homenaje que se puede hacer alguien del calibre de la cómica es transmitir su legado con las nuevas generaciones, recordar lo que fue a través de las numerosas imágenes que dejó, ensalzar las cualidades de alguien que llego al publico por medio del esfuerzo personal y dedicación a una profesión que dedicó toda su vida.

Estamos perdiendo una generación autentica de personas que han salido adelante en unas circunstancias muy precarias, han dejado una forma de hacer que sirve de inspiración para cualquier faceta de la vida a la que se dedique, aunque sobre todo han transmitido fortaleza y pasión por lo que realmente aman.