El ansia de conocer y aprender nos abre nuevas perspectivas, aunque nos vuelve más incrédulos y por consiguiente menos felices, desmitificando iconos sociales. Investigaciones que no contribuyen a crear ningún avance, ni a curar una enfermedad, simplemente son conclusiones que clarifican incógnitas.
Existen secretos que no se pueden descubrir y otros que no se deben desvelar, porque al hacerlo convertimos la belleza del misterio en datos que esclarecen el enigma, rompiendo el encanto de lo desconocido que alimenta la leyenda.