La distinción de un titulo nobiliario no tiene mucho sentido, aunque supone un reconocimiento social que recompensa la contribución personal a un país y que le atribuye al nominado el tratamiento de excelentísimo, en la actualidad en desuso. Que será sucedido, como marca la legislación nobiliaria española.
Un titulo concedido por el Rey en virtud a la Constitución a dos grandes, uno del deporte y otro de la literatura, en un acto simbólico que homenajea su trayectoria personal. Y que secunda los diferentes premios que han recibido, convirtiendo a Mario Vargas y a Vicente Del Bosque en nobles de España.
Con esta imposición se premia un hecho meritorio, pero también el valor humano, que engrandece aun más los logros conseguidos. Sirviendo como referentes a las futuras generaciones.