Alex De La Iglesia ha sabido ver el problema y ha buscado el consenso con aquellos que le pueden ayudar, los internautas, los grandes estigmatizados por sus compañeros de profesión y políticos. Porque no son capaces de ver que el cine es arte y no una gran caja de caudales, la cual disminuye cada vez que alguien no va a las salas o se descarga una película. Un inconveniente que no causan los usuarios de Internet, sino las grandes mafias y la publicidad.
Cada vez más los artistas se alejan más del público y de la fuente de inspiración, olvidando de donde provinieron, distanciándose de sus orígenes. Y no teniendo en cuenta que la adaptabilidad es una oportunidad, no una contrariedad e Internet el santo grial del arte.