Existe desproporción en el cumplimiento de las leyes, las cuales están para legislar no para aplicar ecuanimidad en los derechos de los ciudadanos, utilizando la justicia de forma discriminatoria y en función de los intereses partidistas.
Las infracciones se juzgan como delitos y viceversa, en función de la presión social y del oportunismo e ideología política. Azuzando a la opinión pública para que se denuncien e increpando los ánimos para manipular los derechos constitucionales, pisar los derechos laborales y trastocar las pensiones.
Escudados en la crisis económica y haciendo caso a los mercados financieros, se utiliza la especulación como moneda de cambio, sucumbiendo a la voluntad de los que la provocaron. Los sindicatos se han vendido y los partidos mayoritarios se pelean por el reparto de poder, mientras la ciudadanía atónita traga con las decisiones que se le imponen, resignándose a la subida de impuestos, carburantes y energía. Intervenidos por Europa.