Las conductas sociales han cambiado y la forma de pensar es más liberal, esto hace que la gente sea más promiscua y desinhibida, desterrando antiguas creencias. Y viviendo de forma más despreocupada sin darle demasiada importancia a la atracción sentimental sino a la física, buscando la complacencia sexual a través del placer inmediato, sin que ello ocasione compromiso alguno.
El individualismo destierra a la endogamia y alienta el “poliamor”, la practica amorosa, sexual y simultanea con consentimiento de todas las personas involucradas, desterrando las relaciones monogámicas.
Con la desmitificación del sexo, las relaciones son más liberales pero además más superficiales, porque se centran en el placer y no en la afectividad, desvinculando al individuo del modo tradicional de vida en una sociedad que busca el frenesí en la sexualidad a través del culto al cuerpo.