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jueves, 23 de diciembre de 2010

Cábalas navideñas

La escasez de tiempo hace que la vida sea mecánica no disfrutando de los momentos cotidianos, fugaces momentos que se desvanecen sin ser vividos, irrecuperables y perdidos por el cansancio. Condenados a no apreciar la felicidad, que se escurre preocupados por sobrevivir en el trasiego de responsabilidades que nos roba la clarividencia y borra un atisbo de alegría en le rostro, cayendo en la monotonía.

Los grandes perdedores de falta de tiempo son nuestros hijos, los cuales buscan refugio en los sentimientos y compresión en la complacencia de los mayores, esperando la aprobación en sus actividades las cuales no compartimos inmersos en obligaciones.

Las vacaciones se convierten en una odisea al tener que buscar actividades que ocupen el tiempo de los pequeños y nos lo proporcione a los mayores, haciendo cábalas para minimizar el impacto que ocasiona la falta de dedicación.