La publicidad es una herramienta que se utiliza para vender un producto, pero en la actualidad es un medio que condiciona a las personas a tener un modo de vida específico, apelando al deseo. Confundiendo y distorsionando la realidad para que sea más atractiva.
Un modo de fomentar otros hábitos es cambiando la forma de ver la felicidad, un estado de ánimo que repercute en la vida de las personas y las condiciona en sus decisiones, haciéndoles creer que se adquiere a través del ansia de poseer.
El engaño social es mayúsculo y es tan disparatado como venderle a un turista la Torre Eiffel, se consideraría un timo, pues con la felicidad pasa lo mismo. Sólo podemos disfrutarla, para eso no se necesitan libros de autoayuda, lo que se necesita es recuperar el sentido común y la razón.