El aspecto crucial no es el periodo que se viva sino la condición con la que se aproveche el tiempo vital, lo que se haga con la existencia marcará la diferencia, relegando a segundo plano la cantidad por ser más importante la calidad.
Buscar como conceder más tiempo a la existencia humana pierde de vista lo esencial de la vida, frágil y efímera carece de la importancia que se merece, convirtiéndose en un bien mercantil supeditado a la división de clases que deshumanizará la importancia transcendental de vivir.