La organización WWF subraya que anualmente se producen en España una media de 15.391 siniestros, en los que el fuego recorre 123.442 hectáreas, una superficie similar a la de la isla de Gran Canaria, y que sólo apenas una treintena se escapan a los medios de extinción convirtiéndose en Grandes Incendios Forestales.
El calor y la inadecuada conservación de los bosques aumentan las posibilidades de incendios, siendo necesarias medidas que minimicen las acciones del fuego. Después de un año de fuertes temporales los bosques están llenos de madera seca, a consecuencia de los rastrojos y árboles caídos. Por eso es necesario realizar tareas de mantenimiento y limpieza, imprescindibles para el mantenimiento de nuestros bosques.
Los incendios forestales son evitables, tomando una serie de precauciones y siendo conscientes de los riegos que se pueden ocasionar en el entorno natural.
La provocación de incendios es una realidad cada vez más prolifera, que ocasiona cuantiosos daños económicos y medioambientales, en muchas ocasiones irreparables o de difícil solución. En otras la extensión de bosque calcinada tarda años en regenerarse, convirtiéndose en una imagen dantesca.