Era un detective de finales del siglo XIX que destacaba por su inteligencia y por su capacidad de observación, que le servían para esclarecer los casos que eficientemente solucionaba con sus dotes de racionamiento deductivo, ayudado siempre de su inestimable compañero Watson.
Es una película moderna y con una trama elaborada, que nada tiene que ver con el relato original así como con los largometrajes que la precedieron, rompiendo con el tópico de Serlock Holme interpretado por Robert Downey y de su ayudante Watson que es encarnado por Jude Law.
La ambientación se produce en Londres al puro estilo inglés, pero sus personajes no se comportan de una forma sobria, sino con un carácter y forma de actuar puramente americano. Este comportamiento anima la película, llena de chistes y acción de principio a fin, pero rompiendo el encanto característico en las anteriores representaciones de Sherlock Holme.
Los escenarios de la película, así como toda la trama, están cuidadosamente elaborados. Esto hace que el argumento transcurra con agilidad, manteniendo el interés hasta el final, haciendo que un clásico del cine se desvirtué convirtiese en una película más.