El acoso psicológico es una realidad en todas las partes del mundo, es una medida de presión que suelen hacer personas que están en una posición de poder o privilegio, no necesariamente tiene que estar vinculada al ámbito laboral.
Es una herramienta se suele utilizar mucho para intentar hacer que una persona se aburra y desista de su actividad, además es muy difícil de demostrar.
También es muy común utilizar una segunda persona para hacer la vida imposible a su compañero, con el fin de mejorar laboralmente o simplemente para ganarse el favor del jefe.
Los motivos son diversos y la mayoría se basan en el ámbito laboral, haciendo que la vida diaria sea insostenible para la persona que la sufre, minando su autoestima que al final cae inevitablemente enferma en la mayoría de los casos.
Denunciar no sirve nada porque es casi imposible demostrarlo y eso lo saben los acosadores que actúan con plena impunidad ante el miedo de sus trabajadores, que se ven impotentes ante esta práctica abusiva, que vulnera sus derechos.