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lunes, 16 de noviembre de 2009

Niños de hoy, ciudadanos del mañana

El ser humano, el lenguaje oral es el más representativo, pero no el único modo de comunicación. Hemos de valorar la importancia del lenguaje gestual, y por supuesto, del lenguaje escrito, así como de los lenguajes alternativos.

La riqueza del lenguaje infantil dependerá en buena medida, sobre todo en un principio, del lenguaje utilizado por el medio familiar y sociocultural cercano.

La inteligencia es necesaria en el desarrollo del lenguaje ya que se presupone la capacidad de representación mental para su aparición.

De los seis a los diez años el niño estabiliza una pronunciación que le permitirá un alto nivel de aprendizaje en su desarrollo lector.

La lectura infantil y un lenguaje correcto por parte de su entorno personal y familiar hacen que el niño adquiera herramientas que le ayuden en el futuro personal y académico, desarrollándose con soltura. Por eso es bueno dejar que el niño se exprese y se le corrijan los fallos de forma paulatina sin que ello le pueda agobiar, de esta forma perderá el miedo a dialogar y expresarse con los demás, haciendo que su carácter se abierto y afable.

También hay que satisfacer la curiosidad del menor, buscando la información y ayudándolo a desarrollar los mecanismos de búsqueda constructiva y dinámica, aprendiendo a discernir la paja de la información útil, convirtiéndose en un futuro en un ciudadano instruido y critico con la información que le llega.