Cuando voy por la calle me encuentro con todo tipo de personas: drogadictos, mendigos, trabajadores, amas de casa, niños, borrachos, mayores… Cada uno diferente por su forma de ver y comportarse con un mundo que les rodea, que de mejor o peor forma son parte del mundo que les incluye o excluye, sólo por lo que son.
Luego también están las personas que depende del trabajo que desarrollan, te miran o no por encima del hombro sólo porque visten de traje o tiene mejor posición económica; cuando muchas veces visten mal y no saben ni hacerse el nudo de la corbata. Y cuando sus modales y su respeto por los demás son escasos, porque aunque se tengan conocimientos eso no es un indicador de que posean sabiduría. Porque a lo mejor lo único que saben es escribir su nombre y apellidos sin faltas de ortografía, por eso no son eruditos.
Me voy a sitios donde no se tiene respeto por las personas y te preguntan cosas de juzgado de guardia, como España, ¿provincia?, entonces es cuando la persona ofendida debería de vengarse y por el contrario se va pensando… ese trabajando y yo con mis conocimientos en el paro, dándose cuenta de lo mal que esta el país.
La diversidad de personas es riqueza cultural y el tolerar a los demás un signo de educación, por eso tenemos que dejar de excluir a las personas por lo que son. Aprender a vivir con lo que tenemos, a no pedir por vicio, a no robar al pobre y apreciar al prójimo aunque este no sea como nos gustaría, en definitiva a tolerar aunque en muchas ocasiones sea difícil porque lo fácil es hacer lo incorrecto.