Cuando una persona comete tantos fallos y todo le sale mal eso significa que no lo puede hacer peor, por contrario lo único que le queda es mejorar, acto que no es fácil porque requiere de mucho esfuerzo para romper la inercia negativa.
Al ser consciente de sus fallos también lo es de sus virtudes, al creer que carece de ellas siempre se esforzará más que el resto en cualquier actividad que haga, procurando dar lo mejor de sí a pesar de no conseguirlo.
Sabe por experiencia que la perfección no existe, permitiéndole ser realista con sus pretensiones y metas, no decepcionándose por los fracasos seguirá luchando por alcanzar los máximos objetivos posibles sin sentirse defraudado por las aspiraciones no conseguidas.