Translate

miércoles, 5 de marzo de 2014

Generación del 74


La generación del 74 se puede caracterizar por los hechos que van aparejados a la historia moderna del país después de la transición de la dictadura a la anhelada democracia, también conocida como monarquía parlamentaria, instaurada por la Corona para mantener su hegemonía en un país caracterizado por ser Republicano. Acaecimientos que han marcado el transcurso de los acontecimientos en España y que regirán su historia, antes y después de pertenecer a la Comunidad Europea, permitiendo crecer y desarrollarse de forma vertiginosa con el peaje que eso conllevaría a todos los ciudadanos.

En la niñez y desde una perspectiva infantil observaba como los mayores combatían las injusticias a pie de calle, tiempo convulso que intentaba mejorar las condiciones salariales del trabajador, sometido por la patronal y manipulados por los sindicatos. Mientras la educación y sanidad en pañales trataba a la gente dependiendo del nivel social al que perteneciera, aunque fuera gratuita para ambos, la discriminación social era palpable en el desdén de los profesionales.

Por otra parte los mayores cansados de haber sangrado por los derechos civiles de sus conciudadanos eran reconocidos por el gobierno desde el anonimato, recompensando sus esfuerzos y perdidas con estipendios, abonados para limpiar la conciencia social de un país roto por el dolor. Mientras auguraban un futuro prospero para hijos y nietos, esperanzados por el nuevo sistema de gobierno, lleno de promesas y elocuentes palabras que serían plasmadas en un manifiesto histórico denominado Constitución. Escrito por autoridades, tenía más valor literario que manifiesto político, como las acontecimientos históricos revelarían. 

Ya en aquellos años se podía constatar la falta de respeto de los poderes estatales por el trabajo de sus antecesores, cambiando cada cuatro años así como sus cargos las leyes no favorables a los ideas políticas de los partidos en el poder, promoviendo nuevas y derogando las contrarias. Argucias legales que servían para confundir al ciudadano medio, carente de estudios e ignorante se regía por los colores en vez de los hechos, mientras tanto las actuales generaciones no tenían interés por lo que ocurría en el Congreso. Y los ciudadanos se volvieron perezosos y no estaban vigilantes a lo que ocurría en Madrid, confiados de la honorabilidad de sus políticos que engordaban sus cuentas con los caudales públicos.

El terrorismo era otra cuestión que dejó marca en el desarrollo emocional de los jóvenes, siempre vigilantes para no encontrar una bomba en cualquier contenedor o bolsa de basura tirada en la calle, era tal la psicosis que las madres advertían a sus hijos que no dieran patadas a nada por miedo de que fuera un artefacto explosivo.  Junto que el aumento de secuestros de niños y consumo de drogas era muy complicado sobrevivir en la época, marcada por la precariedad, teníamos que subsistir con lo básico y en ocasiones con menos.