No importa si estamos equivocados o tenemos razón lo verdaderamente importante es actuar guiados por el corazón en un mundo inhumano, cruel donde el fuerte devora al débil en una muestra de supremacía sin sentido, guiados por el egoísmo infantil de una sociedad caótica.
Caos de sentimientos que hacen perder el rumbo a cualquiera en la búsqueda interior perdidos en el bombardeo incesante de información, ruido que desorienta los pensamientos confundiendo a los seres humanos, incapaces de discernir los propios deseos de los antojos.
Es al final de la vida cuando se empieza a comprender quienes somos en realidad después de años de equivocaciones, errores que hacen comprender lo insignificante de las acciones en el estado global de las cosas, aunque tengan mayor impacto del que jamás alcanzaremos a comprender al ser ondas producidas por las propias acciones en un estanque globalizado.