Lo más impactante de la película durante todo el argumento es la naturalidad con la que hablan de su propia muerte, incluso bromean sobre el asunto para desdramatizarlo, aferrándose con fuerza al presente.
Regalo de la vida que convierte cada minuto en una experiencia llena de vitalidad, dotando al espectador de un subidón de positivismo, haciéndole pensar que en ocasiones nos preocupamos por niñerías y olvidamos apreciar el regalo tan maravilloso del que gozamos cada día.
Pequeños milagros se suceden continuamente a nuestro alrededor pero estamos tan ciegos que pasan desapercibidos, mirando al futuro para ver lo que podemos ser y al pasado por lo que fuimos, no disfrutamos del ahora.