Algunas ocasiones el cerebro humano proporciona sorpresas que parten de la memoria subconsciente, evocaciones sensoriales reconstruidas a partir de pequeños indicios despertados por situaciones concretas, aletargado antes del comienzo racional de la persona que almacena sin ser consciente.
No es extraño recordar el sabor y olor de un manjar visionado a través de la televisión como si lo tuviera delante en la mesa, percepción inexistente recordado de forma involuntaria, despierta la sensaciones que la persona experimento en el momento placentero de ingerir ese alimento.
Percepciones sensoriales y circunstancias rememoradas porque en algún momento de la vida se produjeron, aunque fueran de bebé, no revividas hasta que el cerebro por algún tipo de conexión emocional lo recrea para convertirla en real para el sujeto que experimenta el suceso. Engaño cognitivo producido a todas las personas pero con mayor regularidad a las más sensibles a los cambios emocionales, susceptibles a experimentar con mayor intensidad los acontecimientos ordinarios.