En tiempo de austeridad los nobles siguen con su nivel de vida de forma insolidaria a pesar de estar el país al borde de la intervención total, lujosos coches, servicio y palacios son algunos de las riquezas que tienen que sufragar la ciudadanía, cansada de pagar los errores de gestión de los sucesivos gobiernos.
Recortes en Sanidad y Educación dejan desamparados a los más desfavorecidos mientras las clases privilegiadas del país en las que se incluye la Casa Real tienen sanidad y educación privada, viajan en aviones fletados por el ejercito y se desplazan en limusinas mientras mucha gente tiene que ir andando porque no tiene dinero para pagar el autobús, descompensación injusta que se podría reducir para el beneficio de todos.
Existe una descompensación escandalosa que se tiene que remediar para crear una economía sostenible y solidaria que gestione la riqueza pública dentro de los márgenes de la coherencia, mecanismos que salvaguarden los caudales públicos de cualquier gestión fraudulenta y recorte patrimonio a la nobleza, manteniendo derechos y el estatus pero con un nivel adquisitivo más acorde a los tiempos que se viven.