El gobierno central no ha conseguido encontrar apoyos en el Principado de Asturias para gobernar en coalición en un ambiente de turbación política por falta de acuerdos entre los distintos partidos políticos, aptitud de irresponsabilidad que deja a la autonomía en una posición delicada, vulnerable ante las amenazas del Partido Popular que utiliza la intervención como presión para gobernar.
Las declaraciones del ejecutivo pone de manifiesto la presión sistemática a las autonomías que no sigan las directrices marcadas y que se opongan a las ideas del Estado, deslegitimación de las competencias que pone entredicho la credibilidad del gobierno, desgastado convierte las medidas de ajustes económicas en una imposición que nadie comparte.
Ruina política que manifiesta la incapacidad de los dirigentes de gobernar con coherencia y sentido común una vez más, incompetencia que demuestra la necesidad de cambiar la constitución para abolir el modelo obsoleto del bipartidismo, dando alternativa de gobierno a los partidos minoritarios.