La sincronización entre varias aplicaciones facilita compartir los datos de forma automatizada entre distintos alojamientos y redes sociales, propiciando el flujo de recursos así como la interactuación con otros usuarios que incremente la experiencia social, sin tener que duplicar la información.
Pequeñas aplicaciones sirven de nexo entre diferentes servicios que expanden las redes sociales hasta casi fusionarlas en un entrelazada red de prestaciones que cambian la funcionalidad de los recursos, modificando la gestión de la información que los usuarios comparten, incorporando nuevas metodologías propiciadas por los avances tecnológicos.
El cambio continuo innova nuevas formas de sincronización entre las redes sociales que buscan compartir recursos, sin perder la identidad que las define en una pugna por la sociabilidad de la red, los usuarios son la mercadería que atraen a los inversores.