Las economías mundiales están supeditadas a los caprichos bursátiles de los mercados aplicando reestructuración en las políticas financieras para satisfacer las necesidades especulativas de los inversores, los cuales actúan en beneficio de sus propios intereses sin atender a las necesidades de la sociedad, esto propicia una situación de inestabilidad.
Preocupa más la actuación de los mercados que la recuperación económica, exagerados para someter a las sociedades modernas que ven como el sistema caduco en el que se sustentan se esta desmoronando, sin que las medidas que se aplican para mejorar surtan efecto. El cambio financiero real comienza no con la estructuración de los bancos sino con aplicar políticas de empleo que acaben con la especulación de las materias primas y la vivienda, bienes básicos que tienen derecho cualquier ciudadano del mundo, que son motivo de conflicto.
Los mercados son los que gestionan las economías haciendo que un país se beneficie o por el contrario se hunda, un poder otorgado por los gobiernos que los hacen dueños del sistema financiero, sin que nadie plantee la supremacía que ralentiza la recuperación.
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