La sociedad moderna se esta liberando de perjuicios morales y éticos instaurados en la represión institucional que limitaba los derechos personales al adoctrinamiento religioso, inculcando el modelo social en una época donde el nivel cultural era bajo y la iglesia junto con el gobierno eran los máximos poderes. Con la democracia se instauró la libertad de culto liberando al pueblo de la hegemonía de la iglesia ofreciéndoles la opción de pertenecer o no a una doctrina religiosa, en definitiva de poder decidir sobre la persona, que derivaría en un cambio de mentalidad.
El cambio de pensar y actuar se produciría de forma radical, aunque con reticencias por parte de los sectores conservadores de la sociedad que recriminan los hechos, aunque los aprueban en la intimidad. Llegando de forma paulatina la liberación sexual y la independencia de la mujer.
Con la libertad sexual los conceptos de matrimonio y fidelidad adquieren una connotación diferente, alterando la idea de familia en correlación a las diferentes vínculos afectivos, cambiando los prejuicios.
La fidelidad según la Real Academia de la Lengua Española significa: lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona, un resquicio moral de la influencia eclesiástica. Que preserva el derecho de cualquier miembro de una relación de ser poseedor del otro.